El espaciado establecido entre tipos concierne a los blancos que pertenecen a cada una de las letras y corresponde a la contraforma externa del carácter. Estos blancos permiten que las letras interactúen entre sí, posibilitando su lectura.

En el diseño de una tipografía es tan importante la forma de las letras como el espacio que las circunda, ya que será éste el elemento que funcionará de nexo entre los diferentes caracteres.
Es conveniente que siempre exista un balance entre las formas propias de las letras y los espacios existentes entre ellas, por lo que se plantea una relación entre las formas y las contraformas.

Los espacios internos de las letras y los espacios externos deben poseer pesos similares. Por ejemplo: A una tipografía light o blanca de grandes espacios internos le corresponden espaciados amplios entre los tipos, por el contrario a una tipografía extra bold o extra negra, que posee espacios internos pequeños, le corresponderán espacios entre tipos pequeños.
Los espacios que son delimitados a partir del planteo de sistematización corresponden a la mitad del espacio blanco entre caracteres, es decir que al enfrentar dos letras, estos espacios o entornos establecidos se suman, conformando el interletrado.

Determinación de los entornos
En el proceso de la determinación de los entornos tipográficos no existen medidas precisas preconcebidas. Todas las medidas y proporciones son aproximadas y dependerán tanto del tipo de diseño de la tipografía, como de la función a la que aspira. Igualmente, la última palabra en la corrección final de espaciado la tendrá el ajuste óptico, y dependerá del ojo y la pericia del diseñador.
Las contraformas de la tipografía son las que marcarán la pauta en cuanto a las separaciones entre caracteres, por eso para la delimitación del módulo de espaciado se puede partir de la contraforma interna de la letra «n».

Las formas básicas para el trabajo de determinación de entornos son: rectas verticales, rectas y curvas, curvas, y rectas oblicuas. A cada una de las formas básicas corresponde una medida aproximada, relacionada con el módulo de espaciado.


Espaciado de las minúsculas, utilizando los valores relacionados con el módulo
El espaciado de los glifos en el contexto del logotipo
Cuando se manejan los glifos en el contexto de una palabra o de un logotipo, es posible realizar el espaciado de manera óptica identificando las diferentes situaciones de cada par de letras, otorgándoles un determinado espaciado a cada una de ellas: a igual situación corresponderá igual espacio.
El correcto espaciado dependerá de la práctica, de la prueba y el error y del experimentado ojo del diseñador, pues aunque existan métodos que se pueden tener en cuenta, la verificación final del resultado será siempre óptico.

Morfológicamente las letras mayúsculas pueden separarse en tres grupos: Rectangulares, circulares y triangulares. Es por lo tanto factible plantear diferentes relaciones entre esas formas básicas: Recta vertical con recta vertical, recta vertical con recta oblicua, recta oblicua con recta oblicua, recta vertical con curva, recta oblicua con curva y curva con curva.

Respecto al trabajo con las minúsculas, el repertorio de formas es más complejo, por lo que se deberá ampliar las posibilidades de relaciones entre formas básicas.

Existen numerosos casos que no se ajustan a la guía de espaciado por lo que deberá tomarse sólo en forma referencial las proporciones del módulo. Si bien las medidas representan sólo una aproximación, sirven de ayuda para realizar el ajuste óptico final.
Asimismo, creo conveniente aclarar que existen muchos otros métodos que aseguran un buen resultado, sin embargo, ninguno nos provee las medidas exactas de los espacios necesarios para un correcto interletrado.

